EUROPA
PRESS
18 octubre
2019
Asocian
la exposición continuada a la luz azul al envejecimiento
La exposición prolongada a la luz azul,
como la que emana de los teléfonos móviles, ordenadores y otros domésticos,
podría acelerar el envejecimiento, incluso si no afecta directamente a los
ojos.
La nueva investigación, realizada por la Universidad Estatal
de Oregón y publicado en la revista publicado en la revista 'Aging and Mechanisms
of Disease', sugiere que
las longitudes de onda azules producidas por los diodos emisores de luz dañan
las células del cerebro y las retinas.
Para el estudio se utilizó la mosca de la fruta ('Drosophila melanogaster'),
empleada habitualmente en ensayos debido a los mecanismos celulares y de
desarrollo que comparte con otros animales y con los seres humanos.
Jaga Giebultowicz,
investigadora de la Facultad de Ciencias de la OSU que estudia relojes
biológicos, dirigió una colaboración de investigación que examinó cómo las
moscas respondían a las exposiciones diarias de 12 horas a la luz LED azul,
similar a la longitud de onda azul de dispositivos como teléfonos y tabletas, y
descubrió que la luz aceleraba el envejecimiento.
Las moscas sometidas a ciclos diarios de 12 horas a la luz y
12 horas en la oscuridad tuvieron vidas más cortas en comparación con las
moscas mantenidas en la oscuridad total o aquellas mantenidas en la luz con las
longitudes de onda azules filtradas.
Las moscas expuestas a la luz azul mostraron daños en las
células de la retina y las neuronas cerebrales y tuvieron una alteración de la
locomoción: la capacidad de las moscas para escalar las paredes de sus
recintos, un comportamiento común, disminuyó.
Algunas de las moscas en el experimento eran mutantes que no
desarrollan ojos, e incluso esas moscas sin ojos mostraron daños cerebrales y
problemas de locomoción, lo que sugiere que no era preciso que vieran la luz
para ser dañadas.
"El hecho de que la luz acelerara el envejecimiento en
las moscas al principio nos sorprendió mucho, explica Giebultowicz,
profesora de Biología Integrativa. Habíamos medido la expresión de algunos
genes en moscas viejas, y descubrimos que los genes protectores de respuesta al
estrés se expresaban si las moscas se mantenían a la luz. Presumimos que la luz
regulaba esos genes".
"Luego comenzamos a preguntarnos qué hay en el luz que
es dañina para ellos, y observamos el espectro de luz, añade. Era muy claro que
aunque la luz sin azul acortaba ligeramente su vida útil, solo la luz azul solo
acortaba su vida de manera muy dramática".
La luz natural, señala Giebultowicz,
es crucial para el ritmo circadiano del cuerpo: el ciclo de 24 horas de
procesos fisiológicos como la actividad de las ondas cerebrales, la producción
de hormonas y la regeneración celular que son factores importantes en los patrones
de alimentación y sueño.
"Pero hay evidencia que sugiere que una mayor
exposición a la luz artificial es un factor de riesgo para el sueño y los
trastornos circadianos, señala. Y con el uso frecuente de iluminación LED y
pantallas de dispositivos, los humanos están sujetos a cantidades crecientes de
luz en el espectro azul ya que los LED de uso común emiten una alta fracción de
luz azul. Pero esta tecnología, la iluminación LED, incluso en la mayoría de
los países desarrollados, no se ha utilizado lo suficiente como para conocer
sus efectos a lo largo de la vida humana".
Giebultowicz añade que las moscas, si se les
da la opción, evitan la luz azul. "Vamos a probar si la misma señalización
que los hace escapar de la luz azul está relacionada con la longevidad",
avanza.
Eileen Chow, asistente de investigación de la facultad en el
laboratorio de Giebultowicz y coautora principal del
estudio, señala que los avances en tecnología y medicina podrían trabajar
juntos para abordar los efectos dañinos de la luz si esta investigación
finalmente resulta aplicable a los humanos.
"La esperanza de vida humana ha aumentado drásticamente
durante el siglo pasado a medida que hemos encontrado formas de tratar
enfermedades y, al mismo tiempo, hemos pasado más y más tiempo con luz
artificial, señala. A medida que la ciencia busca formas de ayudar a las
personas a estar más saludables al tiempo que viven más tiempo, diseñar una
espectro de luz más saludable podría ser una posibilidad, no solo en términos
de dormir mejor sino también en términos de salud en general".
Mientras tanto, hay algunas cosas que las personas pueden
hacer para ayudarse a sí mismas, como no sentarse durante horas en la
oscuridad, dicen los investigadores. También usar gafas con cristales de color ámbar,
que filtrarán la luz azul y protegerán las retinas, y configurar los teléfonos,
portátiles y otros dispositivos para bloquear las emisiones azules.
"En el futuro, puede haber teléfonos que ajusten
automáticamente su pantalla en función de la duración del uso que percibe el
teléfono, aventura el autor principal Trevor Nash, un graduado de la OSU Honors College de 2019. Ese tipo
de teléfono podría ser difícil de fabricar, pero probablemente tendría un gran
impacto en la salud".